Vas a preguntar qué hago en este preciso momento en este lugar.
La respuesta es simple y complicada a la vez. Vine a decirte que
TE HE
EXTRAÑADO.
Tanto como el sol extraña a la luna después de cada eclipse.
Tanto como un ave extraña el amplio cielo azul estando en cautiverio.
Y aunque no digas ni una palabra al expresar lo que siento, sé que estás pensando lo mismo.
Siento muy dentro de mi pecho que has sentido mi ausencia en tu habitación.
Sé que extrañas mis besos al despertar de cada siesta.
Sé que extrañas mi cuerpo, mi suave piel, que con tus manos solías recorrer.
Lo sé. Lo veo en tú mirada.
Y aunque no digas nada. Aunque no me mires, sé que lo piensas
¡¡ME EXTRAÑAS!!